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Es normal no tener claro cuántas veces debe comer tu perro. Algunos parecen quedarse con hambre, otros dejan comida en el cuenco, y cada veterinario o persona en el parque te dice algo distinto. Al final, todos queremos hacerlo bien, pero no siempre sabemos cuál es la mejor rutina.

La buena noticia es que no hace falta complicarse demasiado. Con algunas pautas según su edad, tamaño y actividad diaria, podrás organizar sus comidas de forma sencilla y sin estrés.

¿Por qué es importante mantener unos horarios en las comidas?

Los perros se sienten más tranquilos cuando tienen una rutina que se repite cada día. Si tu peludo sabe más o menos a qué hora va a comer, evita estar pendiente, ansioso o pidiéndote comida a todas horas.

Además, repartir las comidas ayuda a que tenga energía durante el día. Por ejemplo, si desayuna antes del paseo de la mañana y cena después del último, evita pasar demasiadas horas sin comer o justo antes de hacer ejercicio.

Tener horarios también sirve para vigilar si algo cambia en su apetito. Si un día no come lo que suele, puedes detectarlo rápido y consultarlo con tu veterinario.

¿Cuántas veces debe comer un perro según su edad?

La cantidad de comidas al día va cambiando a medida que tu perro crece. Los cachorros necesitan comer más veces porque están en pleno desarrollo y gastan energía muy rápido. Además, todavía no controlan bien la saciedad y no pueden pasar tantas horas sin comer. Durante los primeros meses suelen hacer entre cuatro y cinco comidas al día. Según van creciendo, a partir de los tres o cuatro meses, normalmente pasan a tres o cuatro tomas. Y cuando se acercan al año, lo más común es que ya estén con dos o tres comidas diarias.

Con los perros adultos la cosa es más sencilla. Lo habitual es que coman dos veces al día. Una por la mañana y otra al final de la tarde o noche suele funcionar bien para la mayoría. Así no pasan demasiadas horas con el estómago vacío y se evita que lleguen a la comida con demasiada ansiedad o acaben comiendo muy rápido. Hay perros que, por ser muy pequeños o muy activos, agradecen tres comidas repartidas, pero siempre manteniendo la ración total que les corresponde.

En los perros senior, muchas veces conviene volver a repartir la comida en tres veces. Con la edad, la digestión puede hacerse un poco más lenta y hay perros que empiezan a necesitar medicación con la comida o pequeñas cantidades más frecuentes para encontrarse mejor. Pero siempre será su propio ritmo el que lo marque.

¿Influye el tamaño y la actividad en el número de comidas?

El tamaño de tu perro y lo activo que sea también puede cambiar la forma en la que le repartes la comida. Los perros muy pequeños suelen quemar energía rápido y tienen el estómago más pequeño, por lo que algunos necesitan comer más veces al día. En cambio, en perros grandes es más habitual que se mantengan bien con dos comidas, salvo que tengan un ritmo de vida muy activo.

También influye mucho cómo es tu perro en su día a día. Si hace deporte, sale a correr o juega mucho, puede que le venga bien una pauta que le reparta mejor la energía a lo largo del día. Si es más tranquilo, suele funcionar bien mantener su rutina con dos comidas en horarios que se ajusten a los paseos y actividad.

Lo importante es observar y ajustar en función de cómo lo ves. Si llega muy acelerado al comedero, si come con demasiada ansiedad o si tiene cambios de peso, puede ser buena idea hablar con tu veterinario para ajustar los horarios o el número de comidas.

¿Qué pasa con la cantidad de comida y el tipo de dieta?

También es importante tener clara la cantidad y el tipo de comida que le das. No es lo mismo un perro que come pienso que uno que combina pienso con comida húmeda, o que sigue una dieta de prescripción veterinaria.

En la mayoría de los casos, la cantidad suele venir indicada en el propio saco o lata de comida, según su peso y nivel de actividad. Eso ya te da una buena referencia para empezar. Si usas comida húmeda, normalmente se reparte en porciones más pequeñas porque sacia más, y algunos perros comen con más calma cuando la mezclas con el pienso.

Lo habitual es mantener la misma ración diaria y repartirla en las comidas que le toquen según su edad y su ritmo. Si ves que tu perro engorda, pierde peso o se queda con hambre, puedes ajustar un poco las cantidades o consultarlo con tu veterinario.

Lo importante es que coma algo que le siente bien, que mantenga un peso saludable y que su rutina de comida sea fácil de llevar para ambos.

imagen de un perro con cara triste esperando su comida

Señales de que tu perro puede necesitar ajustar sus comidas

A veces, aunque sigamos una rutina, el propio perro nos va diciendo que hay algo que cambiar. Si notas que llega muy acelerado al comedero, come con mucha ansiedad o no deja ni una miguita, puede que necesite repartir mejor las tomas para no pasar tantas horas con hambre. También puede pasar al revés, si deja comida sin tocar o come más lento de lo habitual, puede que la cantidad sea demasiada o que no se encuentre del todo bien.

Otro detalle a tener en cuenta es su peso. Si está engordando o adelgazando sin un motivo claro, es buena idea revisar cuánto está comiendo y comentar cualquier cambio con tu veterinario. Y si tiene vómitos en ayunas o se despierta muy pronto buscando comida, puede ser simplemente que necesite una comida más ligera al final del día.

Al final, lo importante es observar su comportamiento y hacer pequeños cambios cuando haga falta. Nadie conoce mejor a tu peludo que tú.

¿Qué es lo mejor para tu perro?

Al final, lo que mejor funciona es adaptar las comidas de tu perro a su edad y a cómo es en su día a día. Si mantienes una rutina sencilla, con sus horarios de siempre y la cantidad que necesita, tendrá energía, comerá más tranquilo y se sentirá mejor.

Y si se queda en nuestro hotel canino, seguiremos la misma pauta que tiene en casa, sus comidas, su pienso, sus horarios y hasta su medicación si la necesita. Para que se sienta como en casa incluso en sus comidas.